¿Para qué hacer ejercicio?

“La práctica del ejercicio es la mejor manera para mantener la capacidad funcional de la persona y para prevenir la incapacidad como consecuencia del envejecimiento y las enfermedades crónicas” (1)

Peiró, P. S., Galve, J. J. G., Lucas, M. O., & Tejero, S. S.

Con el auge de la modalidad virtual para el estudio, el trabajo e incluso las reuniones sociales, la vida sedentaria se ha expandido
cada vez más, invadiendo los tiempos libres de cada persona. No es una cuestión de apariencia solamente, sino que está comprobado médicamente que el ejercicio trae múltiples beneficios para mantener una buena salud.

¿Qué es actividad física? 

La actividad física hace referencia a esas acciones por fuera de las rutinarias que implican movimiento del cuerpo. Según este artículo de “Medicina naturista”: “la actividad física actúa modificando la fisiología y la bioquímica celular, pero es más evidente en las partes del cuerpo que se activan durante la práctica del ejercicio, como los músculos, los huesos, las articulaciones, el sistema circulatorio o el metabolismo. Para que sus efectos beneficiosos persistan, el ejercicio físico debe ser regular en la intensidad, la frecuencia y la duración.”(2)

Al realizarse de manera adecuada produce confort en el cuerpo, por esto es necesario antes de empezar con una rutina tener claro los antecedentes médicos, los gustos y la condición física actual, así como también la meta a la que quiere llegar. Según el ICBF junto con Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, plantean en el manual los siguientes datos de las recomendaciones generales para ejercitarse según la edad:

Estudios demuestran que las personas que manejan un estilo de vida más activo reducen el riesgo de mortalidad en un 23% que los individuos que son sedentarios.

¿Cuáles son los beneficios?

Un estilo de vida físicamente activo promueve sentimientos de bienestar y mejora la CV y es asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. (3)

  • Mantiene un adecuado estado de salud.
  • Disminuye el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad y mejora su figura.
  • Mejora la salud de músculos, corazón, venas y arterias.
  • Disminuye el riesgo de infartos y Fortalece los huesos y las articulaciones.
  • Mejora la absorción de las vitaminas necesarias para el correcto funcionamiento del cuerpo. Mejora la concentración.
  • Disminuye los niveles de estrés.
  • Aumenta la resistencia al cansancio.
  • Mejora la autoestima y la percepción de los sucesos de la vida y Previene enfermedades como diabetes, hipertensión y cáncer. (4)
  • Reducción del 10% de la mortalidad por todas las causas, reducción del 20% de las enfermedades cardiovasculares y aumento de la supervivencia

Peiró afirma que: “Para las personas mayores, así como con las personas sedentarias no entrenadas, las diabéticas y los individuos con riesgo cardiovascular alto, hay que empezar por actividades de intensidad más baja y durante 15-30 minutos/día e ir aumentando la duración durante unos meses, ya que el margen terapéutico entre la actividad saludable y la actividad excesiva es estrecho.” (2)

Entonces cabe la pregunta:

¿Si son tantos los beneficios, por qué la mayoría de las personas no tienen este estilo de vida?

Gran porcentaje de la población adulta es principalmente sedentaria (e.g., Casperson, Christenson, & Pollard, 1986) o en la mayoría de los casos, los individuos que comienzan un programa estructurado de ejercicio abandonan a los pocos meses.

Esto puede darse por no manejar la intensidad adecuada desde un principio, haciendo que el cuerpo no se adapte naturalmente, sino que se resista ya sea por el cansancio o la frustración. Otro factor es la falta de metas realistas que se quieren alcanzar en poco tiempo. También la organización del tiempo influye en este cambio de estilo de vida para que el ejercicio sea sinónimo de un tiempo de restauración para el cuerpo y no una obligación más que su mente puede rechazar.

Algunos consejos para comenzar….

-Hacer actividades del gusto propio (caminar, correr, salir al parque, bailar) y así su adaptabilidad a este estilo de vida va a ser mucho más práctico.

-Aproveche cualquier momento, recuerde que cada granito de arena cuenta. Por ejemplo, si puede bajarse un poco antes de su transporte para caminar un trayecto corto hasta su casa, hágalo. Si no tiene complicaciones musculares, elija las escaleras cuando sean pisos cercanos.

-Invite a familiares o amigos a un paseo, y trate de medir el tiempo que pasa sentado para pararse un poco y cambiar de ambiente.

Recuerde que entre más realice actividad física, su cuerpo también producirá mayor actividad vital.

Fuentes:

1.       . Peiró, P. S., Galve, J. J. G., Lucas, M. O., & Tejero, S. S. (2011). Ejercicio físico. Medicina naturista5(1), 18-23

2.       Peiró, P. S., Galve, J. J. G., Lucas, M. O., & Tejero, S. S. (2011). Ejercicio físico. Medicina naturista5(1), 18-23.

3.       Juan Galloza, Brenda Castillo, William Micheo, Benefits of Exercise in the Older Population, Physical Medicine and Rehabilitation Clinics of North America, Volume 28, Issue 4, 2017, Pages 659-669

4.       guias_alimentarias_basadas_en_alimentos_para_la_poblacion_colombiana_mayor_de_2_anos_3_0.pdf (icbf.gov.co)

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